Cáceres, 16 de febrero de 2021.- El propietario de la tapería cacereña “La Vieja Dehesa”, Javier Cardenal, ha denunciado hoy la multa que le ha impuesto la policía local, con una sanción económica de 1.500 euros, porque varios de sus clientes, seis en total, no llevaban la mascarilla puesta porque "estaban consumiendo en ese momento".
La multa se remonta al pasado 5 de enero, cuando las normas de seguridad Covid vigentes marcaban un aforo del 40 por ciento y el cierre de la hostelería a las 21 horas. “Justo a las 20 horas -dice Cardenal- se personó la policía local de Cáceres, y de malas formas, se dirigieron a mí, diciéndome de malos modos, si no sabía yo que los clientes tenían que tener la mascarilla puesta”.
En esos momentos, había dentro del establecimiento 12 o 13 personas, 2 en cada mesa y una ocupada por tres clientes. Había 6 personas consumiendo cerveza y, obviamente, sin la mascarilla puesta para poder beber”.
Según Cardenal, intentó explicar a la policía la situación, que en esos momentos bebían los clientes pero, indicó, “palabras textuales, me contestaron: me da igual, ¿quiere que multe a todo el mundo incluido usted? Y le dije, no por favor”. Después los agentes se marcharon tras identificar a los presuntos infractores y al propietario por permitir dicha situación.
La sorpresa se la ha llevado hoy Javier Cardenal cuando ha recibido una comunicación de la Diputación Provincial de Cáceres informándole de una sanción de 1.500 euros por la “permisividad del propietario con el incumplimiento de las medidas sanitarias”.
Cardenal ha lamentado que, tal y como está la hostelería, sufriendo enormes pérdidas por el cierre y por la limitación horaria, “ahora nos multen por algo que los hosteleros no podemos evitar, yo no puedo hacer de policía, puedo decirle a un cliente que se ponga la mascarilla pero yo estoy trabajando y no puedo vigilar para que, cuando me dé la vuelta, no se la quite”.
El propietario de “La Vieja Dehesa” denuncia un “acoso injustificado” a los hoteleros, y recurrirá la sanción. De hecho, en las últimas normas adoptadas por la administración es el cliente infractor el responsable y no el hostelero.
